Imaz
llegó a las inferiores de Defensores de Belgrano, dirigidas por entonces por el
legendario “Chele” José Arce Gómez, proveniente de las divisiones menores de
Vélez. Corría el año 1975, y
el 14/8, a raíz de una huelga de jugadores profesionales, integró el primer
equipo defensorista (constituido en su totalidad por juveniles, al igual que su
adversario) que cayó en Núñez con Comunicaciones, 2 a 0.
Integraban
ese equipo juvenil de Defensores, entre otros, además de Omar Imaz, el volante
Jorge Gómez de Armas (ya había integrado el primer equipo), el arquero, Pablo
Cribiglione, Adrián Rosenthal, quienes llegaron a jugar en el primer equipo de
Defensores en el futuro, con diferente suceso.
Un año
más tarde, el 15/5/1976, luego de una operación de meniscos, tras integrar
durante 3 encuentros consecutivos el banco de suplentes y coincidiendo con la
llegada como DT de Albino Pascual Valentini (que reemplazó en ese puesto al
“Yaya” Juan José Rodríguez en la 14ª fecha), volvió a integrar el primer equipo
frente al por entonces puntero, Lanús, en su vieja cancha con tribunas de
madera ubicada en General Acha y Arias, en lo que fue derrota, por 1 a 0.
Jugaron
por Defensores esa tarde Héctor Daniel Ferro; Roberto Seuve y Omar Orlando
Imaz; Roberto Hugo Morcillo, Miguel Tau y Vicente Giardullo; José Ricardo
Balbuena, Oscar Guillermo Castro de los Santos (luego Juan Carlos Pachecho),
Roberto Néstor Díaz, Eduardo Gabriel Fernández y Nicolás Gómez de Armas.
Defensores
salvó esa temporada milagrosamente la categoría (un gol sobre la hora, de un
jugador de otro equipo, convertido en otra cancha) y Omar Imaz fue titular en
los 5 partidos de las instancias decisivas del Torneo de Reclasificación.
En 1977,
realizó Defensores una gran campaña, de la mano de Antonio Villamor,
finalizando en los primeros puestos, e Imaz compartió su lugar con su cuñado Raúl
Marcollese, como marcador de punta derecho. Ya en 1978, se adueñó del puesto y
jugó la mayor parte de los encuentros, en lo que fue nuevamente una buena
campaña, que ubicó a Defensores en los primeros puestos.
Su buen
rendimiento lo llevó a pasar a Tigre (llevado por Antonio Villamor), equipo que
esa temporada ganó el ascenso a Primera División, aunque no pudo dar la vuelta
olímpica en el Bajo Núñez. Imaz no enfrentó en ninguno de los encuentros a
Defensores, aunque fue suplente en el partido disputado en Victoria y para la
revancha en el Pasquale estaba suspendido por una expulsión una fecha antes.
Retornó
la temporada siguiente a Defensores, donde fue titular en el equipo dirigido
primeramente por José Bernabé Leonardi (a quien Imaz recuerda como uno de los
mejores en su puesto) y luego por Don Victorio Spinetto, en quien reconoce como
un referente en la dirección técnica.
En 1981,
producto de una lesión (desgarro) que no se resolvió debidamente, dejó muy
tempranamente la práctica del fútbol (con tan solo 24 años), habiendo disputado
cerca de 100 encuentros en el primer equipo defensorista. El último de ellos en
el “Juan Pasquale”, el 11/4/1981, frente a Gimnasia, partido en el cual fue
reemplazado por Claudio Fraga, a los 20’ del primer tiempo.
Omar Imaz y Oscar Más.
Formó esa
tarde Defensores con Luis Kadijevic; Domingo Ielamo y Oscar Montenegro; Omar Imaz,
Alfonso David Castellanos y Vicente Giardullo; Jorge Alberto García Melado,
Néstor José Oca, Gerardo Antonio Lucero, Horacio Féliz Galbán y Oscar “Pinino”
Mas. Como hecho anecdótico, en ese encuentro se lesionaron los dos marcadores
de punta de Defensores, que fueron reemplazados por Claudio Fraga y Pedro de
Jesús Barrios.
La
lesión se tornó crónica (continuas infiltraciones y el hecho de jugar en
condiciones de inferioridad obraron en contra), lo que obligó a intervenirla
quirúrgicamente. A pesar de su enorme voluntad por jugar, Imaz se vio en la
necesidad de abandonar la práctica del fútbol profesional a muy temprana edad.
Actualmente,
Omar Orlando Imaz vive en la localidad de Orihuela, provincia de Alicante,
comunidad Valenciana (España), donde hasta hace poco era dueño de un Bar de
Tapas, llamado “Lo del Pibe”, en una de cuyas paredes luce orgullosa la casaca
roja y negra, así como el escudo con los colores del Club.
Gracias
por recordarnos, Omar. Podés estar seguro que Defensores no se olvida de aquellos
que defendieron sus colores. Hasta cualquier momento.
Nota: Javier Bava autor del libro: Historia Futbolística de Defensores de Belgrano.
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