domingo, 27 de septiembre de 2015

Recordamos a Ernesto Camino

Al igual que otros referentes históricos del Club, Ernesto Constantino Camino (conocido por los defensoristas de aquellos tiempos como “Pirulo”, sobrenombre que no proviene del ámbito futbolístico, sino de su Abuela), surgió de sus divisiones inferiores.

Vivió gran parte de su vida en el Barrio de Núñez, jugó en sus potreros los primeros partidos en los equipos del Barrio, y desde allí dio el salto a la Sexta División, donde ingresó en 1958, de la mano de José “Chele” Arce Gómez, para llegar en algunos años al primer equipo.
Su debut tuvo lugar en Rosario, frente al local, Tiro Federal, por el Torneo de Primera “C”, el 25/8/1962, con tan solo 17 años, cuando fue de paseo a esa ciudad, para acompañar al equipo, y ante la indisposición de Raúl Turcato, Antonio Báez, entonces DT, le comunicó que esa tarde, jugaría en Primera. El resultado del encuentro fue 1 a 1, el gol de la visita lo marcó Pedro Oscar Rivero y Defensores alistó a González; Mieres y Camino; Caruso, Tedesco y O. Domínguez; Rivero, Zuñiga, Colucci, J. C. Pizarro y Pirro.


Meses después (15/12/1962), "Pirulo", volvió a participar en el primer equipo, esta vez en el último encuentro del Torneo de Primera "C", disputado en la vieja cancha de Platense, frente al ya consagrado campeón, Sportivo Italiano, para convertir su primer tanto con la casaca roja y negra, de penal, a los 38’ del ST. A partir de aquí, se ganó el puesto de zaguero central, que ocupó durante 10 temporadas consecutivas.
Jugó por última vez con la casaca roja y negra, el 30/10/1971, por el Torneo de Primera “B”, en lo que fue la derrota frente a Comunicaciones 3 a 0, en el Bajo Núñez, la cual prácticamente decretaba el descenso del Dragón. Jugaron por Defensores esa tarde, bajo la dirección técnica de Antonio D’accorso: Sambucetti; Camino y Bonnia (Gigli); Gianetti, Acosta y Giardullo; Bruni, Redondo, Dubanced, E. E. Fernández (lYanello) y Griecco.
Luego se produjo una huelga de profesionales, y Camino, capitán del equipo, dejó Defensores para alistarse en Excursionistas, donde jugó una veintena de partidos, dirigido entre otros, por Angel Labruna. Posteriormente, tras un breve y frustrado paso por Colegiales, abandonó la práctica activa del fútbol.
Habían quedado en el camino, 285 partidos oficiales en la Primera División defensorista, que lo convirtieron en uno de los 10 jugadores con mayor cantidad de presencias en su primer equipo, en su centenaria historia.


Según sus propias palabras, no tuvo lesiones de importancia en su carrera, y sus ausencias se debieron más que nada a suspensiones, producto de expulsiones (tuvo asistencia perfecta en las temporadas de 1967 y 1969, y sólo se ausentó un partido en 1970).
Zaguero rudo en la marca (de aquellos que imponían respeto a los delanteros adversarios), sacador, con temperamento, de buen juego aéreo, era dueño de un fuerte remate con pelota parada, motivo por el cual era el encargado de ejecutar tiros libres y penales. Si bien fue admirador de Alfredo Pérez, por su juego atildado, reconocía en Rubén Marino Navarro, un estilo de juego necesario (agrego que, sobre todo en el ascenso).   
Consiguió en su paso por Defensores 46 goles, los cuales lo transformaron en el defensor rojinegro con mayor efectividad en las redes adversarias, además de ser uno de los 10 goleadores históricos del Club. Fue goleador del equipo en 1964, con 7 tantos, y convirtió goles en 9 de las 10 temporadas en las cuales participó del primer equipo (sólo estuvo ausente entre los goleadores en 1967). En 1966 marcó 10 goles, dos menos que los goleadores de Defensores: Ramón Ramayo, Roberto Parodi y Roberto Fumagalli.
Tuvo también el halago de integrar en 1967, como titular, el equipo campeón de Primera “B” y jugar los 18 partidos en Primera División, correspondientes al Torneo de Reclasificación. Sus buenas performances, lo llevaron, en los inicios de 1968, a integrar,  junto a otros dos defensoristas, Jorge Busti y Juan Carlos Marenda, la Selección de Primera “B” que realizó una Gira por Brasil.




Hoy, a más de 50 años de su debut en Primera, recordamos a "Pirulo", con su peinado engominado y su casaca con el Nº 2 (alguna vez con el 3, por una moda pasajera) en la espalda, paseando su juego por el césped del "Juan Pasquale". Como siempre, le decimos, que Defensores no olvida a quienes defendieron sus colores, en la espera que ellos, tampoco olviden a Defensores.

Nota Gentileza de Amadeo Javier Bava. 

jueves, 17 de septiembre de 2015

Rodolfo César Chiti, sinónimo de Defensores

Se cumplen el 16 de septiembre, cinco años de la desaparición física de Rodolfo César Chiti, acaso el exponente más genuino de Defensores de Belgrano en su Historia. 
Estas breves líneas, a manera de un pequeño homenaje, rememoran su paso por el Club al cual estuvo ligado prácticamente toda su vida.

Llego “El Flaco” Chiti, proveniente de las Divisiones Inferiores del club, donde actuaba desde 1948, al primer equipo defensorista, en un momento difícil, ya que Defensores cumplía una pobre campaña en el torneo de Primera “B”, que lo había depositado en el último puesto, con serio riesgo de perder la categoría, cosa que finalmente ocurrió.
Actuó por entonces como centrehalf, en lugar de Juan José Gosende, titular en el puesto, hasta ese momento.
Pasó luego a desempeñarse con half izquierdo, conformando una línea media que marcó toda una época en el fútbol de ascenso, junto a Eduardo Mónaco y Reinaldo Borlengui. 
En 1952, tras la goleada frente a Tigre, escolta del puntero, Chiti retornó al primer equipo dos fechas después (y jugó todos los partidos hasta el final del torneo), cuando Defensores derrotó a Excursionistas en Núñez, 3 a 2, y comenzó una levantada que sin embargo, a 6 fechas del final, no le alcanzó para evitar el descenso.


Más adelante integró los equipos campeones de Primera “C” de 1953 (Torneo y Copa “Ministerio de Trabajo y Previsión”), de Primera “C” de 1958, y de Primera “B” de 1967.
Su retiro se produjo, 17 años después de aquel debut, en la 1ª fecha del Torneo Promocional de Primera “B” de 1968, en un partido nocturno, televisado, jugado en la cancha de Quilmes, en Guido y Sarmiento. En su extensa carrera futbolística, nunca vistió otros colores que no fueran el rojo y negro de la casaca defensorista.
Es en la actualidad el jugador con mayor cantidad de presencias (y mayor cantidad de logros) con la casaca de Defensores en su Historia, superando los 400 partidos.
Finalizada su actividad dentro de las canchas, dirigió técnicamente a Defensores en varios ciclos, totalizando más de 180 partidos (90 de ellos en forma consecutiva, entre 1972 y 1974), entre 1968 y 1975 (sólo estuvo fuera de Defensores en 1971, temporada en la cual Defensores perdió la categoría) y fue campeón de Primera “C” como DT, en 1972.


Hoy, la que fuera otrora la tribuna visitante del Estadio “Juan Pasquale” lleva su nombre, como sincero homenaje para quien tanto quisiera en vida a nuestro Club. 

Nota cortesia de Amadeo Javier Bava, autor del libro: Historia Futbolística de Defensores de Belgrano.

sábado, 5 de septiembre de 2015

Un pedazo de historia Defensorista "Toti" MARENDA

Juan Carlos Marenda es uno de los 25 jugadores con mayor cantidad de participaciones en el primer equipo defensorista, en toda su centenaria Historia. Conocido por sus amigos como el “Toti”, tuvo el halago de jugar en Primera División en Argentinos Juniors y el Racing Club (también brevemente con Defensores, durante el Reclasificación de 1967), e inclusive de integrar el Seleccionado de Primera “B” en los años 60.

Vistió la rojinegra en 175 encuentros.

Llegó a Defensores en forma casual, y de la misma forma fue colocado en el césped del “Juan Pasquale” por “El Gallego” José Arce Gómez, en un partido de entrenamiento del Seleccionado Nacional, donde comenta que sin darse cuenta, vio pasar delante suyo al legendario Antonio Ubaldo Rattin, a quien luego tuvo que enfrentar en el field. Su ubicación como marcador de punta fue también casual, ya que la marca no era su fuerte y si su habilidad con el balón.
Debutó, proveniente de las divisiones inferiores (donde tuvo como compañeros entre otros a Juan Carlos Sambucetti y Leonardo Balena, jugador este último, al cual destaca como “un fenómeno”), en el primer equipo, durante la Copa de Honor de 1964, cuando Defensores, de muy mala campaña en el torneo propiamente dicho optó por integrar su equipo con elementos juveniles, entre ellos Marenda.
A partir de allí, se puede decir que se hizo dueño del puesto de marcador de punta derecha (fue titular hasta el final), y jugó prácticamente en forma
ininterrumpida hasta su partida, en el final de 1969, en 175 oportunidades. Sólo en 1965, alternó en el puesto con Roberto Giacomuzzi.
Su aparición en el primer equipo se produjo el 24/10/1964, en la cancha de Platense (en Manuela Pedraza y Cramer), durante el encuentro en el cual Defensores cayó frente a Villa Dalmine por 2 a 0. Su despedida tuvo lugar el 15/11/1969, llamativamente también en la vieja cancha de Platense, cuando Defensores, actuando allí de local, empató con Temperley en dos goles (convertidos por Ernesto Camino y Jorge Ocaño).
Su característica futbolística fundamental fue el buen manejo del balón y su tendencia permanente a “ir al ataque”, incluso llegando al área adversaria, apilando varios rivales, lo cual por entonces era una condición de muy pocos en su puesto. Constituía la salida del equipo por su lateral y su “cariño” por la redonda le hacía arriesgar a veces más de lo necesario, haciendo la salvedad que en lo hacía en una época en la cual el público solía aplaudir a quienes intentaban “jugar a la pelota”.
Frente a El Porvenir, el 17/5/1969, en Remedios de Escalada, convirtió un gol (uno de los 5 que marcó con la casaca de Defensores) de antología, a los 33’ del complemento, en lo que fue la goleada de Defensores por 5 a 2. Tras eludir a 4 rivales entrando al área: Fretes, Cavallo, Di Pascua y Merelas (si, Enrique, el actual Presidente del club de Gerli) superó , desde corta distancia, al arquero Aguilera.

Marenda arriba a la derecha en 1967.


Fue campeón de Primera “B” con Defensores en 1967 (participó de todos los partidos esa temporada, tanto en el torneo, como en la final y en el Reclasificación), y tres años más tarde, sus excelentes desempeños lo llevaron a jugar por Argentinos Juniors (de la mano de Angel Labruna, que lo había dirigido en Defensores), donde actuó entre 1970 y 1974, pasando luego al Racing Club y finalmente a Nueva Chicago, en 1978.
Recientemente, con una estampa muy similar a aquella que entregaba cuando vestía la casaca roja y negra, estuvo presente en el “Juan Pasquale”, junto a otros compañeros de aquellos tiempos, con motivo del homenaje brindado al recordado Angel Labruna.
Hoy, muchos años después de aquellos inolvidables momentos, los defensoristas le agradecemos a Juan Carlos Marenda todo lo brindado a nuestros colores dentro de la cancha, en la esperanza que él, tampoco se olvide de Defensores.

Nota gentileza de Amadeo Javier Bava, autor del libro: Historia futbolística de Defensores de Belgrano.