jueves, 21 de agosto de 2014

El Internacional GERARDO CALDAS


Aquí está Defensores de Belgrano...
 el cuadro que Calditas nos legó...
 con su cancha pegadita junto al río...
 en Besares esquina Libertador...
 Arriba Defensores, el Bajo te lo pide...
 en Nuñez en cada esquina la hinchada grita goles...
 en Nuñez en cada esquina la hinchada grita gol...

Su juego fino y elegante le abrió las puertas a la Selección Nacional en la década del 20 y lo convirtió en estrella, tanto para los defensoristas como para los seguidores de la Selección. Tanto quería nuestros colores que desechó una oferta del mismísimo Boca Juniors, club que le ofrecía un sueldo y un automóvil, algo prácticamente imposible de adquirir en esa época. Si queda alguna duda del amor que Gerardo tenía por nuestra Institución, lea la nota que le hizo la revista El Gráfico en el año 1925. "Me inicié en el mismo club en el que actúo y en el que jugaré hasta que no practique más fútbol. Como ustedes verán, mi historia, en este sentido, es brevísima y creo que me honra".
"Mi honestidad y condición de Amateur, supongo, no podrá ser puesta en tela de juicio, pues, modestia aparte, no me faltaron nunca sugestiones para abandonar las filas del club en que me hice jugador y al que siempre presté, sin reticencias, todos mis entusiasmos y energías. Hace once años -tenía entonces quince- jugué por primera vez en el campeonato por la cuarta división de Defensores de Belgrano y nunca olvidaré el temor que tuve de ser excluido por falta de condiciones; sin embargo, parece que mi actuación satisfizo y quedé de componente efectivo del team".
Fue Caldas uno de los centrodelanteros más completos del fútbol aficionado y si su juego no levantó el polvo brillante de lo espectacular, supo sí, grabar en las canchas el signo cabal de su firmeza y autenticidad. No quebraba arqueros ni tajeaba redes pero sabía hilvanar el laberinto del gol por el camino más sutil y más preciso.



REPARTIÓ GOLES PARA TODOS
1 a Chile jugando para la Selección Argentina

Nació en Capital Federal en 1901.
Debutó en la Primera de Defensores durante el torneo de Intermedia de 1917, había jugado en las divisiones inferiores del club. En ese año sale campeón de la categoría.
Desde 1918 hasta 1934 jugó en la Primera de Defensores en 1° División.
En 1921 es convocado por vez primera para integrar la Selección Argentina durante
una gira por Chile, previó a la obtención del torneo Sudamericano. En aquel debut amistoso señala un gol para el triunfo 4 a 1 ante el equipo trasandino. 
En la década del 20' clubes como Racing, Boca y Platense quisieron sumarlo a sus equipos sin embargo, Caldas se mantuvo fiel a sus colores.
En 1925 llega el mayor reconocimiento para un jugador amateur de la época que era salir en la portada de la revista El Gráfico. 
Un año más tarde llega el momento más difícil en su carrera deportiva  cuando es lesionado por Humberto Recanatini, otro compañero que tuvo en la Selección.
Para 1927 Defensores tuvo que disputar mano a mano con Tigre que equipo tendría que usar el comodín del descenso en esa temporada. Con un gol en cada partido (1-1 y 1-0) Caldas rescató a Defensores de una temporada para el olvido.
En 1928 es convocado por última vez a la Selección Argentina para enfrentar a Uruguay por la Copa Lipton. En ese entonces Caldas declaraba a la prensa que: "Ya no soy ni puedo volver a ser el jugador de antes".  Pese a esto jugó hasta los 33 años.
El 26 de agosto de 1934 juega su último partido oficial para Defensores de Belgrano. Esa tarde gana como visitante 2 a 1 a Sportivo Buenos Aires en la Isla Maciel.
El 3 de agosto de 1945 producto de una falla cardíaca, fallece en la ciudad de Olivos. Se desempeñaba como preceptor del Colegio Carlos Pellegrini.